Rickard Andersson, de 35 años, un hombre solitario, sin trabajo conocido, exento del servicio militar por problemas psíquicos, pero con licencia de armas: esa es la descripción del presunto autor de la peor matanza de la historia de Suecia, según el diario ‘Aftonbladet’. A falta de confirmación policial, se trata del hombre que irrumpió el martes en un centro educativo para adultos de la ciudad de Örebro y disparó a discreción con su escopeta de caza y mató a 10 personas. Con la misma arma se disparó a sí mismo y causó su muerte, según las investigaciones en curso.
“Queremos dejar claro que no hay indicios, a la luz de nuestras investigaciones y de la información de nuestros servicios secretos, de que el autor (del tiroteo) actuara por motivos ideológicos“, había advertido la madrugada del miércoles la policía sueca, tras elevar a 11 el número de muertos de la masacre de Örebro. Reaccionó así a la difusión en redes sociales de todo tipo de versiones sobre la identidad del atacante y sus supuestos móviles.
A lo largo del miércoles, diversos medios locales empezaron a revelar algunos datos sobre el autor del tiroteo, como que se trataba de hombre de 35 años, con licencia de armas, sin antecedentes delictivos ni vínculos con redes terroristas o con bandas del crimen organizado. La policía por su parte confirmó que fue hallado muerto dentro del recinto escolar. “Se escucharon disparos y al llegar al lugar el sospechoso ya estaba muerto. No podemos confirmar si se disparó a sí mismo, aunque todo apunta a que así fue”, explicó el jefe de la policía de Örebro, Roberto Eid Forest.
Según ‘Aftonbladet’, el atacante ingresó portando una funda de guitarra, entró en los lavabos, se cambió de ropa y reapareció con una vestimenta de apariencia paramilitar para empezar inmediatamente a disparar dentro del recinto. Utilizó para su matanza una escopeta de caza, informó la televisión pública SVT.
De acuerdo con el citado rotativo, el más leído del país nórdico, el hombre había cambiado recientemente de identidad, no se relacionaba con sus vecinos y no se le conocían amigos ni relaciones de ningún tipo. No tenía tampoco trato con su familia, que según ese medio es de altos ingresos, y llevaba una vida solitaria, con la única compañía de su perro. Supuestamente había estado en tratamiento psiquiátrico, extremo que no se ha confirmado de forma oficial.
En las imágenes captadas por un estudiante del centro, se aprecia la figura de un hombre armado y con vestimenta verde oliva, lo que encaja con la versión de algunos testigos presenciales citados por el diario sueco respecto a su apariencia paramilitar.
El sensacionalista diario ‘Expressen’ difundió imágenes de un registro policial por agentes fuertemente armados en su domicilio. Asegura este medio que murió como consecuencia disparos de su propia arma, que fue hallada junto a su cuerpo.
El peor tiroteo masivo
“Tenemos muchas preguntas sin respuesta”, admitió el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, tras expresar su conmoción por el que ha sido, según sus palabras, el peor tiroteo masivo de la historia de su país.
Todo empezó sobre las 12.30 horas del martes en el Campus Risbergska, un complejo educativo para adultos que imparte desde formación profesional a cursos de integración para extranjeros. Esto último hizo que se especulara con un trasfondo xenófobo, lo que no se confirmó.
La policía confirmó este miércoles que siguen ingresadas con heridas seis personas, cinco de las cuales fueron operadas la noche pasada. En las horas inmediatas al tiroteo se habló solo de cinco personas heridas, entre ellas el presunto atacante. Ya hacia las 18.00 horas se comunicó que se habían producido al menos 10 muertos, una cifra que sobre la medianoche subió a 11.
Las autoridades trabajan en la identificación de las víctimas y mantienen acordonada la zona. Como han venido insistiendo en sucesivos comunicados policiales, se parte de la base de que el atacante actuó solo, pero no se ha descartado que otras personas estuvieran implicadas o tuvieran conocimiento de sus planes.
En Suecia se ha disparado en los últimos años la acción de bandas o clanes del crimen organizado. Especialmente sensibles son las regiones de Malmö, la segunda ciudad del país, escenario de tiroteos y conflictos entre clanes rivales.
Örebro, con 115.000 habitantes, está a 200 kilómetros al oeste de Estocolmo. La matanza ha dejado al país bajo conmoción. Las banderas ondean a media asta en los edificos públicos de Örebro, así como en el Palacio Real, Parlamento y sede del Gobierno en Estocolmo. El rey Carlos Gustavo, la reina Silvia, así como el primer ministro Ulf Kristersson acudieron este miércoles a Örebro para participar en un oficio religioso en memoria de las víctimas.