Uno de los concursos con más solera y seguimiento de la televisión en España, Pasapalabra, ha vivido un momento inesperado con la llegada de un nuevo concursante que ha puesto el plató patas arriba.
Y no es que este nuevo aspirante al bote de Pasapalabra, que ya acumula cerca de 1,2 millones de euros, haya protagonizado una escena tremebunda ni se haya dedicado a realizar una actuación estridente, sino que, pese a su juventud, ha dejado bien claro a qué ha ido a Pasapalabra y por qué llega dispuesto a conseguir lo que busca.
Una silla azul muy peligrosa en Pasapalabra
La escena tuvo lugar en el último Pasapalabra, cuando el nuevo aspirante hizo su entrada en el plató de Pasapalabra. Actualmente, y ya desde hace varios meses, los dos concursantes que se enfrentan cada tarde sin cuartel en el programa son Manu y Rosa. Ambos parecen muy seguros y preparados, pero cualquier mínimo traspiés puede dar al traste con las brillantes actuaciones que han firmado hasta ahora.
Manu llegó hace meses a Pasapalabra y, hasta ahora, ha conseguido aguantar durante nada más y nada menos que 183 programas en los que ha acumulado una pequeña fortuna: 111.600 euros. El dinero procede de las recompensas diarias que el concurso ofrece a los aspirantes aunque no logren llevarse el bote ese día: 1.200 euros si ganan el programa y 0 si son superados por su rival. En caso de empate, el premio de 1.200 euros se reparte al 50% entre ambos a razón de 600 euros por persona.
![Rosa y Manu en el rosco de Pasapalabra, donde llevan ya varios meses enfrentándose por el gran bote.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/a48f2dd1-d3ac-4115-9212-37e18fa5aa01_alta-libre-aspect-ratio_default_0.jpg)
Rosa and Manu in the Rosco de Pasapalabra, where they have been facing the big boat for several months. / A3
Rosa, por su parte, lleva mucho menos tiempo en Pasapalabra que su ya habitual contrincante, pero también está dejando muy alto el listón, dado que no sólo aguanta sin titubear, sino que va sumando ceros a su cuenta corriente y continúa al pie del cañón en la pelea por el gran bote de Pasapalabra. En concreto, la concursante lleva ya 53 programas a sus espaldas, en los que ha sumado un total de 22.800 euros.
El jugador que no logra ganar el rosco de Pasapalabra, a no ser que haya empate, no sólo no puede acumular ni un euro en ese programa, sino que además es condenado a ir a la prueba más temida de todas: la silla azul, que puede enviarlos directos y definitivamente a casa si cometen sólo dos fallos.
Para realizarla, han de enfrentarse a otro aspirante que llega al programa con la firme intención de ápartarlos a un lado y hacerse un hueco en el concurso. Este recién llegado elige una letra y, luego, el presentador, Roberto Leal, les pregunta varias definiciones cuya respuesta empieza por la letra seleccionada.
Sólo hay 5 segundos para responder y, si se falla o se agota el tiempo, cuenta como un error. Dos fallos y la expulsión es directa y concluyente. No hay posibilidad de recuperarse. Así que no es de extrañar que los nervios se disparen cuando uno de los concursantes ha de sentarse en la silla azul: no es para menos.
La prueba más complicada de Pasapalabra
En el último programa emitido, puesto que en el anterior no hubo empate, fue Rosa la que tuvo que ir a la silla azul. Allí asistió a la llegada de un nuevo aspirante: Miguel, un jovencísimo estudiante de Periodismo de tan sólo 19 años. Pero, pese a su corta edad, Miguel llegó echando toda la carne en el asador, como suele decirse. Y es que el concursante no sólo desembarcó en el programa lleno de fuerza, sino también con las cosas más que claras sobre lo que haría con el dinero en caso de que ganase Pasapalabra y, sobre todo, el bote.
A Miguel le “encanta” viajar, como él mismo reconoció a preguntas de Roberto Leal, así que ya tenía decidido que, si conseguía llevarse algo de dinero a casa desde el concurso, lo emplearía precisamente en su gran pasión: conocer lugares nuevos, aunque “dependería de la cantidad de dinero que me llevase”. Eso sí, con el bote de Pasapalabra sus opciones se multiplicarían exponencialmente. Y así se lo hizo ver el presentador del espacio.
![Miguel y Rosa, en la silla azul, tras la llegada del joven estudiante de Periodismo a Pasapalabra.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/cb5fc6a7-81e5-48f8-b0e4-b68d07b7a220_alta-libre-aspect-ratio_default_0.jpg)
Miguel and Rosa, in the blue chair, after the arrival of the young journalism student to Pasapalabra. / A3
“Si te llevases el bote, ¿dónde te irías? ¿Lo has pensado?”, le cuestionó. “Bufff… -decía Miguel pensando en todos los ceros que tiene la cifra que actualmente encierra el bote de Pasapalabra y las posibilidades que se le ponían por delante en caso de ganarlo-. Podría optar casi a cualquier cosa”, soñaba.
Aún así, Miguel, a sus 19 años, tuvo claro qué haría con el bote de Pasapalabra. Y no lo dudó ni un instante: “Eligiría ir a Egipto -afirmó-. Desde pequeño siempre me ha interesado mucho la historia de ese país, he leído bastante, he visto muchos documentales… pero yo creo que verlo con mis propios ojos, sería una experiencia única, desde luego”.
“¡Qué maravilla!”, le concedió Roberto Leal al tiempo que pedía para él un aplauso: “Tan joven…” y con las cosas tan claras ya.
A continuación, era el momento de empezar de verdad el duelo y había que elegir letra para que iniciase la silla azul. Miguel escogió la letra N y dejó la T a su rival, Rosa. Todo comenzó sobre ruedas pero, lamentablemente, Miguel pronto tuvo un pequeño tropiezo al responder con un pequeño error a una de las definiciones. Primer fallo y sólo tenía otra oportunidad. Al siguiente, tendría que dejar el programa y renunciar por ahora a su sueño de viajar a Egipto.
Se sucedieron entonces un par de rondas más y, luego, Miguel volvió a fallar de nuevo, lo que daba por concluida definitivamente su participación en Pasapalabra y cercenaba su ilusión de viajar hasta su paraíso ideal. Aún así, recibió un gran aplauso de concursantes, invitados y público en general y Roberto Leal, de nuevo, volvió a solicitar para él un reconomiento en modo de aplauso por “esa valentía” demostrada a pesar de ser “tan joven”.
Así las cosas, Miguel tendrá que esperar algo más para visitar Egipto mientras que Rosa, rauda y veloz, corrió a plató para sentarse en la silla del equipo azul y plantar batalla al que es su contrincante desde hace meses: Manu. ¿Quién de los dos se llevará el rosco?