La cumbre de ladrillo de la ciudad se dejaba seducir por los petrodólares. El estudiotel Riscal, de 35 plantas de altura y levantado con polémica durante los años sesenta por Muñoz Llorens, era tentado por diversos compradores en 1975. El estudiotel, en pleno centro de Alicante, interesaba a varios inversores de Kuwait, que sopesaban pagar 600 millones de pesetas por el rascacielos. No era la única novia, también andaban al acecho compradores norteamericanos, franceses y alemanes. En aquel mes de febrero de hace 50 años representantes del Banco de Alicante -entre ellos, el jefe de cambios de moneda- se desplazaban a Kuwait para negociar la venta de un edificio que contaba con 500 habitaciones y que ofrecía 350 puestos de trabajo. Según decían, el edificio estaba acabado, aunque todavía le faltaban elementos decorativos, moquetas y muebles y tenía un gasto de ascensores desorbitado para el ciudadano de a pie: 60 millones de pesetas.
En aquel ecuador del mes de febrero de 1975 el nombre propio a nivel mundial era el de Margaret Thatcher, que se convertía en la líder de la oposición del Reino Unido. Aquella nueva gurú conservadora no sería primera ministra hasta 1979, pero ya comenzaba a dejar su impronta de dama de hierro. Mientras, Alicante torcía el gesto con el aceite de oliva, cuyas ventas habían descendido a la mitad en los últimos tiempos debido a las constantes subidas de precios. “Hasta más de 100 pesetas”, decían varios compradores a este diario. La gente, según los vendedores, se había acostumbrado al aceite de otras semillas como el girasol o la soja. También subía la venta del aceite de la CAT (la comisaría de abastecimientos y transportes), que tenía más grados que el común. “Es un poco fuerte si no estás acostumbrado”, decían los compradores.
Otro gremio, el de la almendra, celebraba una cita nacional convocada por la Hermandad de Labradores y Ganaderos. Representantes venidos de toda España buscaban en aquel congreso celebrado en la provincia las fórmulas para aunar esfuerzos, agrupar voluntades para defenderse de ataduras nacionales. “Queremos producir, descascarar, comercializar y exportar”, apuntaban.
En plena época de cambios, donde muchos de los sectores se sentían amenazados ante la corriente expansionista, una noticia caía como un puñetazo para los agricultores de la ñora. Aquellos días se anunciaba la importación de pimentón a la provincia, un disparo en la línea de flotación de uno de los cultivos tradicionales de la Vega Baja. En el Campo de Elche había destinado 900 hectáreas para la ñora, aunque se extendía por otros 12 términos municipales (Orihuela, Rojales, Crevillente, Guardamar…). Aquel vistoso manto rojizo del sur de Alicante se veía amenazado.
También aquella semana eran protagonistas los bomberos, que se negaban a celebrar el día de su patrón por los atrasos que les debía el Ayuntamiento. El concejal Tomás Tarruella se disponía a negociar… Otra negociación en marcha tenía lugar en la avenida de Novelda, donde 2.000 personas habían parado el tráfico solicitando un semáforo para cruzar sin peligros. El sargento Such, que notificaba a los manifestantes que el alcalde no estaba en la ciudad, fue la única autoridad que se personó y prometió que al día siguiente habría un policía para controlar las entradas y las salidas de los colegios de la zona. Otro punto peligroso para el tráfico era el cruce a la Goteta desde el Pla, donde precisamente esa semana se inauguraba un paso aéreo, aquella célebre pasarela, que hoy luce más alta, suponía el fin del riesgo para los vecinos de la zona.
Además, los trabajadores del sindicato de la madera proponían jubilarse a los 60 años para paliar el paro en el sector: «Así quedarían puestos vacantes». En total 10.641 personas trabajaban en la provincia en la madera, donde había 1.673 empresas. Donde no había problema en encontrar trabajo era en el sector de la marina y la Escuela Náutico Pesquera presumía de buena salud: “Se rifan a los nuevos marinos”.
En el plano cultural Ovidi Montllor presentaba en casa un nuevo disco dedicado a su tierra: A Alcoi. “M’estime molt a la meua gent”, aseguraba el artista.
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